Como todas las familias de origen italiano, los Penacino rinden culto a la comida y a la sobremesa. El sueño de un restaurante internacional hecho realidad fue la forma de rendirle homenaje a esa cultura. La gastronomía es todo un arte, y no da lo mismo qué se come, dónde o con quién. Los platos ofrecidos en MONTBLANC fueron seleccionados a partir de experiencias en diferentes restaurantes del mundo, para acercar a los comensales a esos sabores, y más aún, al sentimiento en el momento de saborear. Para la familia, la reunión a comer y compartir, con un vino a mano, es de vital importancia. Ese agasajo es lo que ahora quieren llevar a sus comensales.